William Townsend, EUA, Granjero
8 de septiembre. William Townsend. William fue un granjero muy trabajador, un hombre de familia y un hombre de palabra. Toda su vida es una demostración de las cosas maravillosas que Dios puede hacer con cualquier cosa que le encomendemos. William quería servir a Dios. La historia de hoy nos muestra lo que Dios hizo con este deseo. Escucha esto.
Las discapacidades no dictan lo que Dios puede hacer a través de nosotros. O las generaciones venideras.
“¡Oh, todo el mundo conoce a mi papá, el hombre que fundó los Traductores de la Biblia Wycliffe!”, se rió Joy, mientras me servía su famoso pastel de zanahoria. Su acento de Carolina del Sur seguía siendo fuerte, incluso después de muchos años viviendo en el sur de México.
“Todos lo llamaban ‘Tío Cam’, pero su nombre completo era William Cameron Townsend. ¿Sabías que había otro William Townsend? Él era mi abuelo. No mucha gente conoce su historia. Pero sin ella, no tendríamos la historia de mi papá y de cómo él llevó la Palabra de Dios a personas de todo el mundo en su propio idioma”.
Joy comenzó la historia del primer William: “Una vez hubo un granjero pobre, que tenía un amor intenso por la geografía y la Palabra de Dios…”
El viejo William hizo girar un globo terráqueo que estaba encima de mapas y montones de libros con títulos como Países del Mundo, Culturas del Mundo y Grandes Exploradores. Rastreó con su dedo todos los mares y continentes mientras giraba. Y pensó en la Escritura: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16 RVR1960).
Pensó en todas estas personas con sus culturas e idiomas únicos. Estas personas cubrían todo el globo… muchos todavía no sabían del amor de Dios y de lo que Él había hecho por ellos.
William le pidió al Señor que lo enviara a contar el evangelio a personas que vivían en mundos lejanos.
Pasaron los años, y William creció y se casó. Era generoso y confiado, así que cuando un amigo le pidió que fuera cofirmante de un préstamo, William aceptó. Desafortunadamente, su amigo incumplió. William pasó el resto de su vida muy endeudado, sin dinero para viajar, sin libertad para dejar el trabajo que le pagaría el dinero.
Entonces las cosas empeoraron.
Mientras William trabajaba, una pesada viga que se balanceaba lo golpeó en la cabeza. Perdió toda su audición. Su plan de ir al extranjero para servir al Señor también se perdió.
Un día, después de un largo y duro día de trabajo, William miró su globo terráqueo. Estaba manchado y tambaleante por las curiosas manos de sus hijos. Una vez más, pensó en el mundo que Dios amaba.
No puedo ir a TODO el mundo, pero hay un pequeño mundo entero que Dios ha puesto justo a mi alrededor, pensó.
William y su esposa tenían cuatro niñas y dos niños, que necesitaban saber que Dios los amaba. Algún día tendrían sus propios pequeños mundos, y podrían contarle a esos mundos sobre el amor de Dios, y así seguiría… el mensaje se extendería cada vez más.
El hijo mayor, William Cameron Townsend, recordó los libros de geografía de su padre y el viejo globo. Cada noche, su papá leía tres capítulos de la Biblia a su público cautivo. Y cada lectura terminaba con Isaías 11:9: “Porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar”.
El viejo William no pudo haber estado más feliz cuando su hijo Cameron anunció sus planes de predicar el evangelio en América Central. Armado con las tres cosas que Cameron dijo que su padre le enseñó: la importancia de la Palabra de Dios, la importancia de que todo el mundo conociera la Palabra de Dios y algunos útiles consejos de jardinería. Cameron comenzó un proyecto de traducción de la Biblia, que pronto se extendió más allá de los idiomas tribales de América Central a los idiomas de los grupos de personas de todo el mundo.
El hijo de William, Paul, también sirvió al Señor en otras tierras, y sus nietos trabajan en la traducción de la Biblia y en la obra misionera en el extranjero. El hijo de Joy es misionero en Tailandia.
Joy sonrió. “Todos somos como piezas en el rompecabezas de Dios… No todas las piezas recibieron el mismo reconocimiento y honor, pero cada una era necesaria; cada una es una pieza importante en el plan de Dios… La gente que ha escuchado… le ha contado a otros… todo gracias a un granjero pobre y sordo que fue a su mundo”.
¿A quién puedes contarle hoy? Las discapacidades no dictan lo que Dios puede hacer a través de nosotros. O las generaciones venideras.
Basado en una entrevista con Joy Tuggy. 27 de junio de 2019.
Historia leída por: Chuck Stecker
Introducción leída por: Daniel Carpenter
Producción de audio: Joel Carpenter
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Gerente de proyecto: Blake Mattocks
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