Abril 30- Scott Rider

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Abril 30- Scott Rider
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Scott Rider, EE. UU., tecnólogo de la información
30 de abril. Scott Rider. Scott está casado con Tess y tienen cuatro hijos. Juntos han pasado por batallas que ninguno de nosotros desearía ni a sus peores enemigos. Este tipo de batallas pueden destrozar familias y dejar a padres e hijos profundamente solos.
O Dios puede aparecer.
Una enfermedad grave puede destrozar una familia, pero la decisión firme de confiar en Dios puede mantenerla unida.
Cuando a Sofía, la hija de 18 meses de Scott, le diagnosticaron un tumor cerebral canceroso, todo su mundo se estremeció.
La vida normal había desaparecido.
En su lugar, estaría llena de incertidumbre. Las facturas, el agotamiento, el futuro y, lo más importante, el bienestar de Sofía, lo atormentaban. Y luego estaban los rumores de otro problema, del que rara vez había oído hablar: familias que se desmoronaban debido al cáncer infantil.
Para Scott, los riesgos parecían convertirse en realidad a un ritmo asombroso. El tiempo que antes dedicaba a las citas para jugar y las salidas familiares se vio absorbido por las cirugías, los tratamientos y los viajes a los hospitales, tanto locales como fuera del estado. Algunas estancias duraban semanas, y la tensión de estar constantemente lejos de casa, junto con la montaña rusa médica de no saber qué cirugía o tratamiento traería alivio o empeoraría las cosas, pesaba mucho sobre toda la familia.
Scott estaba agotado. Físicamente, emocionalmente, mentalmente. Y su familia también.
Las estadísticas y las historias circulaban por el hospital. El estrés de los cuidadores y la tensión de tener un hijo con cáncer ponían en riesgo la unidad familiar. Con Sofía pasando por tantas cosas y Scott teniendo que seguir trabajando y cuidando de su familia mientras estaba en el hospital, no tardaría mucho en que su familia se convirtiera en otra triste estadística.
Scott decidió hacer algo al respecto. No iba a quedarse de brazos cruzados y dejar que el cáncer destruyera a su familia.
Scott y Tess decidieron dedicar tiempo a su relación, a pesar de las constantes estancias en el hospital. Estarían juntos durante las cirugías de Sofía, pero también encontrarían tiempo durante los momentos más tranquilos para salir en pareja.
El estrés no los separaría, y tomaron la decisión de mantener fuerte su matrimonio, sin importar el monstruoso obstáculo que se les presentara. Hicieron un esfuerzo concertado y constante por ser abiertos en su comunicación. Compartían sus pensamientos y sentimientos, sus frustraciones y esperanzas. Se negaban a ocultarse nada el uno al otro.
Scott sabía que comprender las necesidades de su esposa, además de ser honesto sobre las suyas propias, les ayudaría a mantenerse fuertes, para que juntos pudieran ser fuertes por Sofía.
Pero no se centró solo en su matrimonio. También se centró en sus hijos. La batalla de Sofía contra el cáncer se prolongó durante años. Cuando superaron el hito de los cinco años, Scott sabía que los hermanos menores de Sofía, Nora, Zeke y Jo, estarían observando cómo manejaba todo el estrés.
Un diagnóstico difícil no iba a impedir que la familia se apoyara mutuamente. Y Scott se aseguró de que los niños pudieran contar con eso.
No era solo Sofía quien luchaba contra el cáncer. Todos luchaban contra el cáncer, y los niños dieron un paso al frente para ayudar a Scott y Tess. Animaban a Sofía en sus momentos bajos, la mantenían feliz cuando se sentía enferma o triste, y la acompañaban a las citas y los tratamientos.
Durante un viaje a Florida con otras familias afectadas por el cáncer, Nora conoció a otros niños como Sofía. Le sorprendió ver que Sofía no estaba sola, pero también le entristeció que esos niños también estuvieran sufriendo. A pesar de tener solo cinco años, Nora ya mostraba empatía y amabilidad hacia otras familias que estaban pasando por lo mismo que la suya. Aprendió que podía apoyar a otros como sus padres apoyaban a su familia.
Sofía aún no había terminado su lucha contra el cáncer. Todavía le quedaba un largo camino por recorrer. Pero a pesar de las adversidades, Scott y su familia recordaban que, aunque Dios había dicho que al final todo saldría bien, eso no siempre significaba que la vida fuera a ser fácil o agradable. A veces, la vida sería dura.
Scott cultivó una mentalidad realista y positiva, y la familia confió en el amor de Dios.
«Mejor son dos que uno, porque tienen mejor paga por su trabajo. Si caen, el uno levantará al otro… El cordón de tres hilos no se rompe fácilmente» (Eclesiastés 4: 9-12, NVI).
Piensa en un momento en el que te enfrentaste a una gran dificultad. ¿La afrontaste solo o con otros? ¿Cómo puede hacer más llevadera la lucha el hecho de afrontar las dificultades con otros? Una enfermedad grave puede destrozar a una familia, pero la decisión firme de confiar en Dios puede mantenerla unida.
«La batalla de una niña contra el cáncer cerebral». Consultado el 4 de agosto de 2020. http://www.prayforsofia.com/updates/archives/04–2020.
Esta historia se basa en una entrevista con Scott Rider.

Historia leída por Joel Carpenter.