George Washington Carver, EE.UU., Científico
8 de octubre. George Washington Carver. Carver fue un profesor, científico agrícola e inventor estadounidense. Cuando era joven, se le conocía como «el médico de las plantas». Hablaba de cuando era pequeño y decía: «A menudo… la gente… me decía: ‘George, mi helecho está enfermo. A ver qué puedes hacer con él’… En esa época yo nunca había oído hablar de botánica y apenas sabía leer». Pero consiguió que las plantas volvieran a estar sanas.
Carver llegó a inventar muchas cosas importantes, incluidos 300 productos relacionados con el cacahuete, pero sólo solicitó tres patentes. Promovió activamente cultivos alternativos al algodón y métodos para evitar el agotamiento del suelo. Compareció ante el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes y proporcionó información vital que vino muy bien a los agricultores del sur. Carver fue el científico negro más destacado de principios del siglo XX.
Se relacionó con Booker T Washington, Henry Ford, el presidente Franklin Roosevelt y Mahatma Gandhi. Y cuando Thomas Edison le ofreció un trabajo de seis cifras, Carver lo rechazó. Y en esta fecha, en 1896, llegó para enseñar en el Instituto Normal e Industrial de Tuskegee, y nadie hablaba de seis cifras.
La verdadera medida del éxito de un hombre se encuentra en su voluntad de servir a los demás.
Carver aceptó la invitación de incorporarse al cuerpo docente del Instituto Normal e Industrial de Tuskegee, en Alabama. Fue la primera gran institución educativa del Sur en contratar profesorado negro, y su objetivo era formar líderes negros. Pero Carver no deseaba regresar al Sur.
Releyó la carta de Booker T. Washington. «No puedo ofrecerte dinero, posición o fama….. Ahora te pido que renuncies a estas cosas. Te ofrezco en su lugar: trabajo, trabajo duro, la tarea de llevar a un pueblo de la degradación, la pobreza y el desperdicio a la plena madurez. Tu departamento sólo existe sobre el papel, y tu laboratorio tendrá que estar en tu cabeza».
Carver había luchado mucho para llegar adonde estaba: el primer negro en obtener un título de maestría en el Iowa State College. Y ahora formaba parte de su profesorado: el primer instructor universitario negro de todo el estado de Iowa. Había superado el aislamiento, el hambre y la discriminación y había luchado durante años para ser aceptado por sus logros, no por el color de su piel.
Pero la invitación le obsesionaba. Pensó en una Escritura que le había encantado incluso antes de saber leer, una que le había enseñado su madre adoptiva, Susan Carver. «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:32).
Los estudiantes del Instituto Tuskegee, a sólo una generación de la esclavitud, eran técnicamente libres, pero la sociedad -y las propias percepciones de los estudiantes- se lo impedían. ¿Quién les enseñaría que, como creaciones preciadas de Dios, eran libres para soñar? ¿Quién vio y alentó su talento? ¿Su curiosidad? Carver sintió la llamada de Dios a Tuskegee. Esta decisión no fue sólo por lógica. También se trataba de vivir su fe al servicio de Dios y de los demás. Esta era la verdadera medida del éxito.
Carver aceptó el nuevo trabajo, donde empleó todos los conocimientos que había adquirido, no sólo en su educación, sino también en sus años de lucha.
Convirtió un pantano en un lugar de pruebas agrícolas y desarrolló un laboratorio a partir de objetos que había encontrado en montones de basura. Además de enseñar ciencias y agricultura, realizaba experimentos e impartía estudios bíblicos semanales. Quería que sus alumnos se vieran a sí mismos como niños valiosos llenos de potencial, un potencial que, entregado a su Creador, podría llevarles más allá de sus sueños y ayudarles a servir a los demás.
Los agricultores -tanto blancos como negros- tuvieron éxito utilizando los métodos de Carver. Enseñó la rotación de cultivos y explicó que plantar boniatos y legumbres -como cacahuetes- devolvería los nutrientes necesarios a los campos de algodón desgastados.
Cuando los agricultores no sabían qué hacer con los cacahuetes que cultivaban, Carver desarrolló más de 300 usos para ellos. Cuando llegó a Tuskegee en 1896, el cacahuete no era un cultivo reconocido en Estados Unidos, pero en 1940 se había convertido en uno de los seis principales cultivos del país. Para atender mejor a los agricultores, Carver diseñó un aula itinerante en un vagón, de modo que los representantes de Tuskegee pudieran ir directamente a las granjas.
Aunque Booker no le había prometido la fama, ésta le llegó de todos modos. En 1905, la mayoría de la gente de Estados Unidos y del mundo conocía el nombre de George Washington Carver. (Tomó el apellido de Booker como segundo nombre).
A medida que crecía el éxito de Carver, la gente a veces le instaba a actualizar su estilo de vida -incluido su vestuario y su vivienda-, pero Carver les decía que no importaba cuánto dinero tuviera la gente en el banco o qué tipo de automóvil condujera. «Eso no significa nada», decía. «Es simplemente el servicio lo que mide el éxito».
¿Cómo se mide el éxito? La verdadera medida del éxito de un hombre se encuentra en su voluntad de servir a los demás.
O’Connor, Allison. «Universidad de Tuskegee (1881- )». Blackpast. Publicado el 27 de octubre de 2009. https://blackpast.org/aah/tuskegee-university-1881.
Collins, Ace. Stories Behind Men of Faith. Grand Rapids: Zondervan, 2009. Capítulo siete.
«George Washington Carver». Instituto de Historia de la Ciencia. Actualizado el 4 de diciembre de 2017. https://www.sciencehistory.org/historical-profile/george-washington-carver.
¿Quiere saber más sobre este hombre?
¿Quiere compartir la historia de Carver con sus hijos o nietos? Ver George Washington Carver de Andy Carter y Carol Saller (Millbrook Press, 2001).
Historia leída por: Daniel Carpenter
Historia escrita por: Paula Moldenhauer, http://paulamoldenhauer.com/