Enero 2 – Hal Donaldson

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Enero 2 - Hal Donaldson
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Hal Donaldson, EEUU, Filántropo
2 de enero. Hal Donaldson. En esta fecha de 1994, Hal Donaldson fundó Convoy of Hope, una organización mundial de ayuda humanitaria.
En 2010, antes del devastador terremoto del 12 de enero (7,0 en la escala de Richter), Convoy of Hope ya servía 13.000 comidas todos los días lectivos. A los pocos días del desastre, Convoy trajo un equipo más grande para hacer más. En 2019, ya servían comidas a 90.000 niños cada día.
En 2015, cuando una epidemia de ébola asoló África Occidental, devastó familias, sanidad, agricultura, educación y empleo. Las fronteras se cerraron y los alimentos escasearon. Convoy of Hope proporcionó 4 millones de comidas y se asoció con una coalición de 1700 iglesias para distribuirlas.
En 2020, Hal Donaldson sigue siendo el director general de Convoy of Hope, un proyecto que empezó con un grupo de chicos con camionetas y buen corazón. Esto es lo que ocurrió.
El punto de partida en la vida no tiene por qué determinar el final.
Una noche de agosto, Hal Donaldson, de doce años, y sus dos hermanos estaban solos en casa preparándose para irse a la cama cuando sonó el timbre.
Los chicos abrieron la puerta.
Había dos policías en el umbral, con ojos preocupados y bocas serias. El miedo recorrió el pecho de Hal. Los agentes entraron, sentaron a los chicos y les dijeron que un conductor borracho había atropellado el coche de sus padres.
Papá había muerto.

Hal intentó asimilarlo, pero todo estaba nublado. En cuidados intensivos, mamá luchaba por su vida. Él y sus hermanos estaban solos en el mundo. Era abrumador.
Pero minutos después, vecinos y amigos de la familia inundaron el patio delantero de los Donaldson. Uno de ellos preguntó si alguien estaría dispuesto a acoger a los chicos durante la noche. De lo contrario, acabarían en comisaría.
Una joven pareja con cuatro hijos -Bill y Louvada Davis- acogió a Hal y a sus hermanos en su pequeña casa móvil.
Aquella noche de pijamada se convirtió en muchos meses en los que los chicos vivieron con la generosa familia, mientras la madre de Hal se recuperaba lentamente de sus fracturas y lesiones internas.
En la pequeña casa móvil no había suficientes camas para las diez personas, así que se turnaban para dormir en el suelo. Los Davis vaciaron sus ahorros para mantener a tres niños más, y Bill trabajó horas extra en la cantera para alimentarlos a todos. Louvada pasaba los días «cocinando, limpiando y doblando la ropa».
Después de que la madre de Hal aprendiera a andar de nuevo, encontró un trabajo como empleada de correos y alquiló una casa para la familia. Pero no había seguro médico, así que la familia vivía bajo el aplastante peso de la deuda de las facturas médicas. Hal iba al colegio con agujeros en los zapatos y cortes de pelo horrendos y volvía a casa con los armarios vacíos.

La pérdida de su padre y la pobreza que le siguió llenaron a Hal de amargura. Pero los Davis siguieron diciendo la verdad en la vida de Hal: «No permitas que la tragedia de tu infancia se convierta en una excusa para toda la vida», dijo Bill, «porque donde empiezas en la vida no tiene por qué dictar donde terminas».
Con el tiempo, las palabras de Bill calaron en el joven corazón de Hal, y el resentimiento se desvaneció.
Decidido a liberarse del horrible monstruo de la pobreza, Hal estudió mucho y se licenció en periodismo por la Universidad Estatal de San José. Consiguió un trabajo como periodista y se propuso ganar dinero, formar una familia y viajar por el mundo.
Pero allá donde iba, Hal se encontraba con los pobres: un niño huérfano sin zapatos, una madre sin hogar abrazada a su hijo sin vida, un veterano de la guerra de Vietnam que había perdido las piernas. Y cuando Hal veía a estas personas, no podía evitar recordar cómo los Davis le habían colmado de bondad. Su generosidad se había incrustado en el carácter de Hal.
Podrían haberle ofrecido lágrimas y compasión, haberle dado excusas y haberse marchado. En lugar de eso, habían actuado.
Inspirado por su ejemplo, Hal abandonó sus propias excusas. Unió fuerzas con sus dos hermanos y varios amigos, y juntos cargaron camionetas con alimentos y los distribuyeron entre familias trabajadoras pobres.

Su trabajo se convirtió en Convoy of Hope, una organización que ha alimentado y atendido a más de ochenta millones de personas.
«Olvidaos de lo pasado; no os detengáis en el pasado. Mira, estoy haciendo algo nuevo. Ahora brota; ¿no lo percibís? Estoy abriendo un camino en el desierto y arroyos en la tierra baldía» (Isaías 43: 18-19).
¿Qué necesitas dejar atrás para poder avanzar? El punto de partida en la vida no tiene por qué determinar el final.
Donaldson, Hal, Noonan, K. Tus próximas 24 horas: Un día de bondad puede cambiarlo todo. Grand Rapids, Michigan: Baker Books, 2017.
Smith, Cory. «2008 12 personas que debes conocer: Hal Donaldson». Publicado el 23 de diciembre de 2007. http://sbj.net/stories/2008-12-people-you-need-to-know-hal-donaldson,30357.

Historia leída por Daniel Carpenter